
No solemos darle importancia alguna al 88% del contenido de un espresso que curiosamente es el agua.
De hecho, sabemos muy poco a nivel doméstico y basamos nuestra elección en el sabor, pero a la hora de infusionar café debemos entender algunos conceptos básicos para aprender a elegir la correcta.
El agua es la suma de oxígeno, nitrógeno, minerales y otros elementos. Todos estos ingredientes modificarán el resultado de nuestra bebida. Hay algunos indicadores que nos ayudarán a escoger.
El índice de residuo seco nos indica la cantidad de esos elementos presentes en el agua y debería situarse sobre los 15mg/l, de lo contrario el agua carece de la capacidad para extraer los compuestos del café.
Por otro lado, el PH nos marca cuan ácida o básica es un agua. Nosotros deberemos elegir aquella que se acerque a 7 lo que significa que se trata de un agua neutra.
También existe otro factor conocido como «dureza» del agua que indica la concentración de bicarbonatos de calcio y magnesio. Éstos deben equilibrarse para un buen mantenimiento de las cafeteras y hervidores. Dicha agua debería estar comprendida entre 3 y 5 ºdH.
Y por último pero no menos importante debemos analizar el sabor pues podemos encontrar notas metálicas e incluso a cloro que no deseamos.
Para conseguir el agua ideal podemos realizar una comparativa de las marcas a nuestra disposición en el mercado o bien instalar una serie de filtros con los que controlar todos estos requisitos.
Ya hemos añadido un grado más de complejidad. Desde Ànima Coffee os invitamos a realizar varios cafés con diferentes aguas para que veáis la diferencia de forma tangible y entendáis la importancia que debemos darle al agua.